RECUERDO...

Recuerdo ese tiempo en el que no necesitaba el aire para vivir porque me bastaba tu boca para respirar. Ese tiempo en el que tu mirada me servía de guía, tus manos de asidero, tu cuerpo, mi equilibrio.

Tus suspiros eran cosquillas y tus palabras círculos, que me envolvían y acariciaban jugando con mis oídos. Me columpiaba en tu sonrisa, me bañaba en tus ojos, me relamía en tus labios. Derrochábamos sonrisas y caricias sin pensar que un día se acabarían.

Un tiempo de placer, en el que descubrías lunares en mi piel y yo en la tuya cicatrices, el sabor de las lágrimas era dulzón y no dolía derramarlas.

Hubo un tiempo en que me amaste.

HACE UN AÑO

Hace un año todo fue más fácil, porque estabas. Hace un año, me junté con mis amigos, tal vez eran muchos, o tal vez eran pocos, pero no importó tanto.

Hace un año algunas cosas me alegraron, y fueron mucho más mágicas, porque las podía compartir contigo. Hace un año algunas cosas me deprimieron, pero no fueron tan duras, porque siempre podía contar contigo para aliviarlas.

Hace un año tenía un blog, pero no me hacía falta, porque si necesitaba decir algo, contigo me sobraba. Hace un año, si hubiese tenido un blog y hubiese pasado un año, lo habría celebrado.

Hace un año, levanté una copa y repeti la misma frase que te había dicho horas antes, pero esta vez con lágrimas resbalando por mis mejillas y deseando que el alcohol disolviese todo el dolor. Ha pasado un año y algunas cosas me han faltado, alguna han dolido un poco y otras algo más, pero lo que más ha dolido es que ahora sé que, hace un año, tampoco estabas.

LETRAS DE LIBROS

Le gustaba, y no de la manera condescendiente en que los chicos mayores toman bajo su protección a los más pequeños. Nunca había habido ilusión alguna de que Bean necesitara algún tipo de protección. Llegó a la Escuela de Batalla como un superviviente consumado y, en cuestión de días (quizás en cuestión de horas), sabía más sobre el funcionamiento interno de la escuela que nadie más. [...]

Los otros se picaron con Bean entonces, por el hecho de que hubieran elegido al más joven de todos para dirigirlos en lugar de Ender y porque temían que fuera su comandante para siempre. Se sintieron aliviados cuando Ender llegó, y no trataron de ocultarlo. Eso tuvo que herir a Bean, pero Petra parecía ser la única que pensaba en sus sentimientos. Para lo que le servía. La persona que menos parecía pensar en los sentimientos de Bean era el propio Bean.

Sin embargo, valoraba su amistad, aunque rara vez lo demostraba. Y cuando ella fue dominada por el cansancio durante una batalla, él fue el único que la cubrió, y fue el único que demostró que seguía creyendo en ella con tanta firmeza como siempre. Ni siquiera Ender confió en ella del todo con el mismo nivel que antes. Pero Bean continuó siendo su amigo, aunque obedeció las órdenes de Ender y la vigiló en todas las batallas restantes dispuesto a cubrirla si volvía a venirse abajo.

Bean fue el único con quien ella contó cuando los rusos la secuestraron, el único que sabía que recibiría el mensaje que ocultó en un gráfico de e-mail. Y cuando estuvo en poder de Aquiles, fue Bean quien consideró su única esperaza de rescate. Y él recibió su mensaje, y la salvó de la bestia."

Marionetas en la sombra
Orson Scott Card