Y si lo mejor de la vida es esto que está pasando ahora? ¿Y si es despertarse en mitad de la noche para escribir una palabra más en el cuaderno cansado de viajar? ¿Y si es irse lejos por un tiempo y extrañarte a cada momento?
¿Y si es estudiar hasta que se te queden las pestañas pegadas en los libros? ¿Y si es la rutina de todos los días? ¿Qué pasa si esto es lo mejor de la vida? ¿Qué pasa si después de años de buscarlo, descubro que ese momento ya se me ha adelantado y pasó de largo sin esperarme?
¿Qué pasa si después de estar descartando lo que siempre pensé que no era para mí, encuentro que podría haber sido lo que siempre quise tener? ¿Qué pasa si finalmente me doy cuenta de que lo mejor de la vida fue eso que ya pasó, cuando yo aún estoy preguntándome cuándo llegará?
¿Qué pasa si la vida me da la oportunidad de encontrarme como siempre he deseado pero las cosas no son como yo esperaba? ¿Qué pasa si entonces siento que no puedo ni con mi alma cansada de tanto caminar mirando a todas partes sin encontrar nada?
¿Qué pasa si justo lo que quería encontrar estaba en algún cajón que nunca me animé a revisar de nuevo? ¿Qué pasa si ese "no es para ti" se transforma con el tiempo en "lástima, lo has perdido"? ¿Qué pasa cuando una siente que no siente y en realidad siente todo lo que nunca me animó a sentir?
¿Qué pasa cuando los amigos son más reales y hay que enfrentarse a verdades que duelen en el corazón? ¿Qué pasa con las peleas eternas y los mensajes que nunca llegaron a su destino?
¿Qué pasa hoy que no sé qué pasa y espero no estar para que no me pase a mí?
PREGUNTAS AL AIRE
CRISIS
Tengo crisis de blog. Las teclas me pesan, las palabras se me traban y las ideas están muertas. Me doy mucha pereza, no creo tener una profundidad de pensamiento suficiente para tener algo que contarme últimamente.
Leo mucho, pero cosas sin gran contenido, no retengo las nuevas tendencias y aunque sé qué está pasando políticamente por ahí, la verdad es que no me interesa en absoluto. No tengo criterio para criticar el mundo y no tengo ganas de polemizar.
Voy viviendo en mi mundo, mirando a las personas y oyendo siempre un "tiqui, tiqui, tiqui, tiqui, tiqui tuk". A veces me quedo mirando a la gente y se me escapa en alto lo que oigo: "tiqui, tiqui, tiqui, tiqui, tiqui tuk".
Me miran raro pero yo me hago la loca y miro para otro lado....
EL SUEÑO NO SE RECUPERA
Me lo han dicho esta mañana, cuando llegaba protestando porque últimamente apenas duermo y por las mañanas me caigo de sueño. Y no me importa si con sueño se referían al tiempo que pasamos durmiendo o me querían hacer pensar.
Teniendo en cuenta que quien me lo dijo conoce todas mis aspiraciones frustradas, me inclino por lo último, pero voy a tomar la primera opción, porque no me apetece reflexionar sobre la segunda.
Anoche estaba ya en la cama, no me podía dormir y me levanté a encender de nuevo el ordenador. ¡Lo que molesta el blanco de la página de Google!, sólo podía mirar con un ojo.
Hacía fresco fuera. Me gustan estas noches en las que no hace demasiado frío. Se oye correr en viento, se cuela moviendo las cortinas y termino acurrucada en el sofá bajo una manta.
No quiero pensar que no puedo dormir por lo que me empieza a quitar el sueño.
LA PRINCESA Y EL ENANO
Había una vez una princesa que vivía en un palacio muy grande. El día que cumplía trece años hubo una gran fiesta, con trapecistas, magos, payasos... pero la princesa se aburría.
Entonces apareció un enano. Un enano muy feo que daba brincos y hacía piruetas en el aire. El enano fue todo un acontecimiento. "¡Bravo!, ¡bravo!", decía la princesa, aplaudiendo y sin dejar de reír. El enano, contagiado de su alegría, saltaba y saltaba hasta que cayó al suelo rendido. "Sigue saltando, por favor", dijo la princesa. Pero el enano ya no podía más. La princesa se puso triste y se retiró a sus aposentos.
Al rato, el enano, orgulloso de haber agradado a la princesa, decidió ir a buscarla, convencido de que ella se iría a vivir con él al bosque. "Ella no es feliz aquí", pensaba el enano, "yo la cuidaré y la haré reír siempre".
El enano recorrió el palacio, buscando la habitación de la princesa, pero al llegar a uno de los salones vio algo horrible: ante él había un monstruo que lo miraba con ojos torcidos y sanguinolentos, con unas manos peludas y unos pies enormes. El enano quiso morirse cuando se dio cuenta de que aquel monstruo era él mismo reflejado en un espejo.
En ese momento, entró la princesa con su séquito. "¡Ah!, ¡estás aquí!, ¡qué bien!, baila para mí otra vez, por favor", pero el enano estaba tirado en el suelo y no se movía.
El médico de la corte se acercó a él y le tomó el pulso. "Ya no bailará más para vos, princesa", le dijo. "¿Por qué no?", preguntó la princesa. "Porque se le ha roto el corazón". Y la princesa contestó: "De ahora en adelante, que todos los que vengan a palacio, no tengan corazón".
Yo sigo prefiriendo que me rompan el corazón una y mil veces a no sentir nada. Es bueno volver a casa.