Podría relatar una bonita historia sobre la imagen en el espejo de una mujer de un metro sesenta y cinco, ojos rasgados y larga melena, con unos pantalones negros y una camiseta de tirantes que dejaban ver su cuello, espalda y brazos.
O bien, podría contar cómo la misma mujer pensó que parecía una golfa de esquina y acabó vistiendo la misma ropa pero añadió un echarpe que poco faltaba para taparle la conciencia.
Podría relatar una bonita historia sobre una mujer que tuvo en sus manos el poder de atraer a unos cuantos seres del sexo opuesto con sólo una mirada, intercambiar teléfonos y reír durante horas con desconocidos, esperando no volver a encontrarlos.
O bien, podría contar cómo la misma mujer se sintió invadida por los otros que la observaban, se tomó otra copa, observó el canibalismo por un par de horas y acabó tentada de practicar ese mismo canibalismo pero le puso freno antes de caer en la tentación.
Podría relatar una bonita historia sobre una mujer que recibió una caricia amable, una hermosa sonrisa, unos comentarios divertidos y se sintió deseada por unas horas.
O bien podría contar cómo la misma mujer escuchó unas palabras desagradables e hirientes que nada tenían que ver con la realidad y, cansada de ser sólo necesaria por horas, rechazó todas aquellas palabras y, después de negadas, regresó a casa sin pedir asilo en un corazón ajeno.
Porque la moneda tiene dos caras
y yo me cansé de ser el Sol.
O bien, podría contar cómo la misma mujer pensó que parecía una golfa de esquina y acabó vistiendo la misma ropa pero añadió un echarpe que poco faltaba para taparle la conciencia.
Podría relatar una bonita historia sobre una mujer que tuvo en sus manos el poder de atraer a unos cuantos seres del sexo opuesto con sólo una mirada, intercambiar teléfonos y reír durante horas con desconocidos, esperando no volver a encontrarlos.
O bien, podría contar cómo la misma mujer se sintió invadida por los otros que la observaban, se tomó otra copa, observó el canibalismo por un par de horas y acabó tentada de practicar ese mismo canibalismo pero le puso freno antes de caer en la tentación.
Podría relatar una bonita historia sobre una mujer que recibió una caricia amable, una hermosa sonrisa, unos comentarios divertidos y se sintió deseada por unas horas.
O bien podría contar cómo la misma mujer escuchó unas palabras desagradables e hirientes que nada tenían que ver con la realidad y, cansada de ser sólo necesaria por horas, rechazó todas aquellas palabras y, después de negadas, regresó a casa sin pedir asilo en un corazón ajeno.
Porque la moneda tiene dos caras
y yo me cansé de ser el Sol.
12 comentarios:
Uff, la cantidad de cosas que subyacen debajo de estas palabras... La cantidad de historias, de lecturas, de vivencias... (con relación al mensaje que me dejaste en el blog, te he contestado en mi mismo blog, es una bofetada de pura realidad)
La verdad que es así... Una moneda de dos caras, una espada de doble filo. La vida está llena de contradicciones y nosotros mismos somos contradictorios.
Hay que vivir con ello...
Todo tiene dos versiones, guapa... pero la que debemos escoger es precisamente la que menos daño nos haga...
besicos
la dualidad esta siempre patente en todas las cosas existentes y no existentes... y por supuesto,en las personas.
Qué bueno!!!
es genial! y realmente es la misma historia en el fondo, no? a veces sólo depende de la forma en que lo mires.. o el pie con que te levantes..
Es que debe de ser agotador, no? Ser el Sol, digo.
Ítaca, en realidad es la misma vivencia, pero con otro punto de vista.
Luchida, vivir con ello y aprender que, dependiendo de nuestras necesidades, podemos elegir un lado o el otro.
Belén, eso es lo bueno, que podemos elegir la versión con la que nos quedamos.
En el núcleo, si sólo fuera dualidad... yo hay veces que tengo mil caras.
Dintel... ¡Gracias! :)
Géminis, es exactamente la misma historia, pero desde dos puntos de vista diferentes.
Wen, ni te lo imaginas. Lo de tratar de dar siempre lo mejor de ti termina siendo demoledor.
Besitos a todas y muchas gracias por vuestros comentarios
un post muy bueno y muy bonito donde se dice mucho sin casi decir nada. aunque las monedas tengan dos caras,sé tú quien decide en cada instante cual quieres ser, según se lo merezcan los seres de tu alrededor, pero, una cosa, nunca dejes de ser Sol, recuerda que el Sol brilla con luz propia, pero también, al brillar puede cegar a quien desee así que es, en si mismo, las dos caras de la moneda. Sé como el Sol. un beso
Lo malo que a veces sólo vemos una cara, y nos equivocamos, y por eso es necesario buscar más caras y empatizar.
Por cierto, la mujer de la descripción es...?
Saludos!
Ripley me encanta esa reflexión, el sol alumbra tu camino, pero también puede quemarte la piel y dejarte ciego si miras lo que no tienes que mirar... Intentaré seguir siendo el Sol ahora que sé que es las dos caras de la moneda al mismo tiempo.
Julián, la mujer de la descripción es... una mujer como cualquier otra. Y de acuerdo contigo, tendemos a ver sólo una cara y desecharla si no nos gusta, deberíamos dar más oportunidades para que nos enseñen más caras.
Besitos a los dos y gracias por vuestros sabios comentarios :).
No es la primera vez que creo que eres dos personas.....y tu lo sabes.....Primero tienes que aprender a quererte más tu, lo demás viene con ello...Un beso.
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