TE VI...

Te vi quitarte la ropa. Te vi desnuda. Y eras como champagne: joven, fresca, dulce, chispeante...

Ella no puede evitar sonrojarse, pero él continúa:

Ahora eres un borgoña, redonda y firme, complicada y para emborracharse, no para sorber, aunque a veces te transformas en un burdeos, porque cuando hablas eres más fuerte. Sin duda, pase lo que pase, siempre serás un buen vino tinto.

HOY, COMO AYER

Hoy, como ayer, te he visto aparecer entre la gente. Hoy he vuelto a sonreir nada más verte, tal y como ocurrió ayer. Hoy te he seguido con la mirada. Cada gesto lo hacía mío, como ayer.

Hoy una nube ha velado mis ojos al ver, como ayer, que te ibas de nuevo.
Hoy he corrido tras de ti. Hoy, como ayer, he luchado con un mar de gente para intentar llegar a ti. Hoy he vuelto a perderte.

Hoy, como ayer, echaré de menos tu mirada, tu sonrisa, tus abrazos, tus palabras.

Hoy, como ayer, soñé que estabas aquí, entre la gente, a un paso de mí…

Hoy soñé. Como ayer, como siempre…