¿BAILAMOS?

Me gusta jugar. Mucho. Incluso con fuego. Pero ahora veo mis cicatrices y escucho atenta la voz de mi instinto. No estoy dispuesta a arriesgar mi corazón, aún está hecho pedazos. Ni a herir a nadie más. No me gustaría enredarme en una cadena de sucesos qwue no pueden llanmarse inesperados si se cree en el principio de causa y efecto.

Es sólo que ahora veo las cosas diferentes: si no estás, si no eres, es porque no estás listo. Si no soy ni estoy, es porque tampoco estoy lista. Ya será.

Pero ahora mismo, creo que estás y eres, y que estoy y soy, así que puede que ambos estemos listos, aunque me dé miedo arriesgarme otra vez. Mientras reúno el valor para enfrentarme a lo que siento, construyo mi camino, y siento que voy en buena dirección.

Todo fluye. Me dirijo hacia mi meta. Lo demás, vendrá por añadidura. Vendrá cuando tenga que venir.

Entre tanto, hoy es viernes, brilla el sol y nada nos impide divertirnos, así que... ¿bailamos?

HURACÁN

Esta semana me he releído el blog para quitarle las telarañas y he visto que ya han pasado más de dos años desde que lo empecé. ¡Cómo pasa el tiempo!. En este caso ha pasado para mejor. Este blog me ha servido para ver mis pensamientos escritos y poder meditarlos, valorarlos y madurarlos. He sacado mucho de lo que tenía dentro, y estoy satisfecha.

Ha pasado poco más de un año, pero ahora las cosas van rodando bien. He iniciado varios proyectos a los que les veo un buen futuro. Voy a apostar fuerte y espero conseguir buenos resultados.

El huracán pasó, y ahora puedo mirar lo que dejó en pie. Ahí se queda.

La música me ha acompañado todo este tiempo y ha sido un gran descubrimiento. Algunas canciones parecen hechas para mi y otras me han permitido soñar.

El humor y las risas han sido mi medicación: los analgésicos que han permitido que, por un rato, me olvidase del dolor, dejando cuerpo y mente relajados.

La formación ha activado mi cerebro, dándome nuevas perspectivas y permitiendo una actualización profesional olvidada durante años.

Una cosa que he aprendido este año es que toda experiencia (aunque en su momento fuera negativa) es válida. Todo se puede aplicar o reciclar.

Leo lo escrito hasta ahora y me encuentro bien; tal vez influya que hace relativamente poco que he vuelto de vacaciones, que le he sacado una sonrisa a todos los problemas, que me he reído muchísimo, que he visto recompensado mi esfuerzo o que vuelvo a ver sonreír a quienes ya casi ni se acordaban de cómo hacerlo.